Avena y Vitamina B1

La historia de los cereales está íntimamente relacionada con la evolución del hombre. Mientras éste comía los cereales crudos, machacados, remojados y/o masticados tal y como la naturaleza se los brindaba, todo fue bien para su salud. Pero a partir del momento en el que el hombre descubre la utilización del fuego y empieza a elaborar tartas y panes, la alimentación humana sufre un profundo cambio. La salud del hombre se altera sustancialmente.

Uno de los graves problemas que se plantea en la actualidad la dietética es cómo cubrir las necesidades diarias de vitamina B1, llamada también tiamina o aneurina. Según las estadísticas es muy posible que más de la mitad de la población apenas ingiera un 60% de sus necesidades diarias de vitamina B1.

Sabemos que la vitamina B1 es imprescindible para la salud mental de nuestro organismo, hoy seriamente amenazada por las influencias estresantes del medio ambiente. La tiamina es el alimento de los nervios y resulta esencial tanto para el buen funcionamiento del cerebro como del sistema nerviosos. La carencia de esta vitamina conduce a la esquizofrenia, a la depresión y a enfermedades neurológicas.

El alto contenido en tiamina de la avena se atribuye a la presencia de ciertos componentes de la avena, las aveninas, que tendrían un efecto similar al que produce el remedio de fitoterapia Avena sativa, de excelentes resultados en personas con el sistema nervioso debilitado.

Fuente: Dr. Miquel Pros (Médico naturista)

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